sábado, 4 de octubre de 2014

JOHN FANTE: PLENS DE VIDA



FICHA TÉCNICA 

Título: Plens de vida
Autor: John Fante
Editorial: Edicions de 1984 
Año de publicación: 2013
 
JOHN FANTE, EL REALISMO SUCIO Y SUS COLEGAS:
Charles Bukowski dijo que John Fante había sido un escritor de referencia para él. Éste es uno de los motivos por el que he decidido escoger esta novela. Podría haber sido cualquier otra de John Fante, pero me ha llamado la atención al salir una mujer embarazada en la portada. Quería conocer a Fante porque Bukowski dijo que es bueno, y si Bukowski  dice que es bueno es que tiene que serlo.
Ambos escritores pertenecen a lo que se llamó realismo sucio, un movimiento estadounidense entre los años sesenta y setenta que describe una manera de relatar los hechos muy simple y economizada, sin florituras ni excesivas descripciones. Además las historias son muy cotidianas y sin lugar a heroicidades ni  grandes gestas. El realismo sucio quizá te suene por Chuck Palahniuk, el autor de la novela El club de la lucha, de la que luego se hizo la famosa película protagonizada por Brad Pitt, Edward Northon y Helena Bonham Carter.
Otros autores pertenecientes a este movimiento son Raymond Carver, Richard Ford y Tobias Wolff.
Que sea un lenguaje directo y sencillo y que las escenas sean de cosas comunes y vulgares, supone un gran atractivo para quien huye de esas novelas de presuntuosa complejidad literaria y filosófica. Los personajes suelen ser gente normal y corriente, con vidas más bien mediocres y sin demasiada suerte.

El adjetivo sucio del movimiento hace referencia al lenguaje llano y sincero, entendiendo con ello que se cuentan las cosas sin ponerlas bonitas, a explicarlo todo “tal cual es”. Sería algo parecido a cuando la Velvet Underground empezaron a hablar de yonkis y putas en sus canciones, cuando nadie antes lo había hecho de esa manera tan clara y concisa. Lo mismo sucede con este realismo sucio. No te esperes que te hablen de lo hermoso que es despertarse por la mañana y ver el mar a través de la ventana, piensa más bien en que te digan "El culo es la cara del alma del sexo” (Bukowski, en Escritos de un viejo indecente). Hoy en día hay tantos escritores que relatan sus historias de una forma tan minimalista, con un contenido lleno cotidianeidad, y donde la aspereza es la norma principal de su estilo, que se podría englobar dentro del realismo sucio a millones de novelas contemporáneas. Sin embargo, en su momento escribir de esta manera fue muy innovador, igual que pasó con la citada Velvet Underground, y por eso todos los escritores que escribían así llamaron mucho la atención de la crítica y los lectores y se les enmarcó en esta corriente literaria.

Finalmente, para defender la simplicidad de las formas de este movimiento, volveré a citar (no lo puedo evitar) a Bukowski: "Un intelectual es el que dice una cosa simple de un modo complicado; Un artista es el que dice una cosa complicada de un modo simple."

PLENS DE VIDA[1]:
 Hay que aclarar que en esta novela de John Fante el realismo sucio no es demasiado sucio. Me explico: sí que es verdad que hay una simplicidad en las formas y que todo es muy cotidiano y común, pero no se describen las cosas con una crudeza significativa. John Fante inspiró a Bukowski, pero éste último exageró el aspecto sucio. En esta novela, nos encontramos con un padre con tendencia a darle a la bebida y una mujer embarazada con cambios repentinos de comportamiento. Dicho esto, el autor no hincha estos rasgos para añadirle más amargura al texto. En otras palabras, prevalece la sencillez a la suciedad. También hay que tener en cuenta también que es una novela autobiográfica.

La acción transcurre en tres escenarios distintos:
-         En un pueblo llamado San Juan, donde se encuentra la casa de los padres del protagonista. Los va a visitar para contarles que tiene termitas en casa, y que necesita la ayuda de Nick, el padre, para repararla. 
-         En el tren donde viajan padre e hijo hacia su casa en Los Angeles
-         En la casa de Los Angeles, donde el padre de John hace de todo menos ayudarle con las termitas y demás reparaciones. Es donde finalmente acaba la novela.

Durante toda la novela podemos ver a un protagonista que (desde su punto de vista) se ve avocado a una imposición emocional ejercida por su pareja, Joyce, y sus padres, de la que le cuesta deshacerse. Lo hacen sentir culpable y se comportan de manera pueril e inmadura, y a menudo parece que se alíen entre ellos para hacerle sentir mal.
La relación con su pareja dista mucho de ser idílica y al principio de la novela Fante parece no tener mucho tacto con ella. Luego vamos viendo como a la mujer se le cruzan los cables constantemente y es él el que intenta poner sentido común al asunto.
La relación con los padres no es mucho mejor que con su mujer, donde hay una gran falta de comunicación, que la vemos cuando Fante es incapaz de decirle a su propio padre que no quiere construir un hogar sobre el terreno que su padre le enseña emocionado.
Los padres son bastante pueblerinos y creen en supersticiones varias. El padre la lía en el tren de camino a la casa de su hijo, porque es muy chapado a la antigua (y todo un personaje) y no entiende que los viajes en tren han cambiado, y hay unas normas a seguir, hecho que genera situaciones tragicómicas, que avergüenzan un poco al pobre Fante.
Otro gran tema del libro es la religiosidad (católica) y las diferentes formas de vivirla: su mujer, atea toda la vida, se ve inmersa de golpe (y Fante sospecha que se debe a la alteración de las hormonas en el embarazo) en una pasión religiosa que resulta chocante para todos. Este fervor contrasta notablemente con la falta de motivación del protagonista, que hace años fue católico y con los años de no ser practicante, ha ido perdiendo su fe. Para él resulta muy frustrante, pues le gustaría ser más creyente y devoto para estar al mismo nivel de su mujer, pero no puede serlo, es demasiado escéptico. Sin embargo, cuando el bebé nace, esta fe le viene de golpe y se ve iluminado.
 Otro tema que toca es el del dinero. Se supone que en la actualidad el protagonista está bien acomodado puesto que es un escritor de éxito (no olvidemos que es una novela autobiográfica), pero su padre le recuerda sus orígenes humildes de inmigrantes italianos y hace que reconsidere su relación con el dinero y la manera de manejarlo.
No hace falta decir que la maternidad ocupa un lugar importante en la temática de la novela, aunque está vista desde el punto de vista del marido, que sinceramente al final da bastante pena (desde luego, como embarazada que estoy creo ser mejor que la neurótica Joyce..), aunque también hay que comentar que él también es un poco torpe al ofrecerle bebidas alcohólicas o decirle que se compre vestidos bonitos para verse más guapa, sólo por poner algunos ejemplos.
En resumen, es una novela simpática llena de personajes excéntricos pero creíbles por imperfectos, narrada de manera sencilla y con muchos diálogos. Por ello no es una gran obra de arte ni lo pretende ser. Pese a su sencillez, todo está bien estructurado y encajado. La gracia principal del libro es que te parece decir que las cosas son como son, y que dentro de sus defectos e incorrecciones, están bien así. 

[1] Suelo leer los libros en el idioma en el que me los encuentro en la biblioteca (si entiendo ese idioma, claro está). En este caso estaba en catalán y su traducción al castellano es Llenos de vida.

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