lunes, 1 de septiembre de 2014

Eres el mejor, Cienfuegos, de Kiko Amat


FICHA TÉCNICA 

Título: Eres el mejor, Cienfuegos
Autor: Kiko Amat
Editorial: Anagrama 
Año de publicación: 2012

KIKO AMAT:
Es un escritor [relativamente] joven, e irreverente. Esto se hace evidente en cada  novela suya, pues sus temas recurrentes son la música (no en vano lo clasificaron en su momento como novelista pop), las tribus urbanas y el alcohol y las drogas.
De él conozco El día que me vaya no se lo diré a nadie, y Cosas que hacen Bum. Es de esos escritores que ya sabes de antemano que leer cualquier obra suya es una apuesta segura para entretenerte y reírte un rato, pues las tres novelas que conozco se podrían clasificar como tragicomedias, pero donde la tragedia en realidad es tan cómica que no es casi trágica.
Los protagonistas se obsesionan a menudo con las relaciones de pareja que tienen o han tenido, y fruto de ello suelen hacer cosas disparatadas y desternillantes.
También influye en que sea un escritor por el que me resulta fácil apostar, por una mera cuestión de cercanía. Me explico: los personajes son de la misma generación que la mía [y la de tantos: la del baby boom], y además habla de una Barcelona que yo conozco (de unos barrios, calles y edificios muy conocidos de la ciudad). Además, los diferentes personajes a menudo son marginales en algún sentido y tienden a tener un estilo de vida poco convencional, y esto resulta siempre atrayente. 

OPINIÓN:
El protagonista (que se llama Cienfuegos) es un tipo bastante penoso y patético y uno de los méritos de la novela es que a pesar que lo capullo que resulta (en especial cuando va explicando todo lo que le hizo a su ex estando embarazada), te cae hasta bien. Cabe decir que esta simpatía va creciendo a medida que avanza el libro.

Cienfuegos escribió una novela de éxito hace años cuando parecía que se iba a comer el mundo, estaba seguro de sí mismo y tenía una buena relación con Eloísa; Sin embargo ahora trabaja en un diario haciendo un trabajo que en el fondo le aborrece, y es un cuarentón que no ha superado la ruptura con su ex mujer. En definitiva, ahora se siente un fracasado. Se encuentra en una etapa autodestructiva en el que la culpa y el miedo no lo dejan avanzar, donde muchas veces pierde la noción de la realidad y le cuesta aceptar su situación actual y pasar página. Debido a todo ello, lo vemos envuelto en situaciones delirantes donde pierde el control y a veces parece que algunas neuronas también (el alcohol, los porros y cómplices igual de brutos que él le suelen ayudar en bastantes ocasiones).

La novela está bien escrita, hace comparaciones divertidas y, como suele ser habitual que pase con este autor, hay partes en las que no puedes parar de reír. Si bien es cierto que explora los sentimientos de culpa, fracaso y abandono del protagonista a fondo y con gran destreza.      

Pese a que parece una novela enfocada a lectores “jóvenes” (de la generación del Baby Boom) y que al texto le acompañen unos dibujos simpáticos que pretenden, precisamente, dar una imagen juvenil y moderna a la novela, en realidad está explicada con gran maestría y con una inventiva e imaginación desbordantes.

Como punto negativo, el principal fallo es que a Kiko Amat a veces se le olvida que existen los puntos, por lo que hay varias frases inacabables, menos mal que hace un buen uso de las comas y puedes respirar un poco, porque sino sería insufrible. Para que veas que no exagero aquí [1] va una muestra

En la novela el paisaje de fondo es el movimiento 15M del 2011, y varios rincones de la ciudad de Barcelona, situados en el Born, Gràcia, l’Eixample y evidentemente, el centro (con la Plaza Catalunya y su ocupación por parte del movimiento 15M, y su posterior implicación policial). También nos habla de hechos concretos de ese año como el descubrimiento del desfalco del yerno del rey, de los primeros recortes en sanidad y educación, de la subida del IVA, del desplome que tuvieron los mercados de Grecia e Italia, y de cómo el Estado empezó a inyectar capital a los bancos en quiebra.
A parte de todo esto, aborda temas diversos como la paternidad, la amistad, la percepción del éxito, el paro y las relaciones en general.
Para acabar, debo reconocer que el final no es nada del otro mundo, pero en su conjunto se trata de una novela del todo recomendable.
En resumen, es una novela divertida y muy bien estructurada. Si tienes un espíritu joven y sentido del humor, te gustará.



[1] “Y la inmensidad de ese indulto, la posibilidad de que Dios o la asamblea genética o el fantasma traslúcido de las navidades pasadas o un ángel de segunda hayan perdonado su maldad y miseria antiguas se vuelven insostenibles, y casi está a punto de volverse loco, ese hombre, allí en la clínica, y por eso se queda rígido como un maniquí, en el vídeo, “¡Pero apártate, que no se ve al niño!”, y él sin escuchar las palabras del padre de Eloísa, sólo agarrando aquella mano invisible de pequeño roedor austral, oliendo su piel inmaculada y pálida como la mantequilla, sintiendo ese hondo y extremo amor genético que ha brotado de la nada, atado allí, pegado allí, sin quererse mover aunque arruinara el metraje, aunque tapara al niño, aunque arruinara la parte gráfica del evento, pues ese infeliz se cree indultado.”

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